miércoles, 24 de julio de 2013

EL GRITO MÁS ROBADO DEL MUNDO

¡Hola a todos! En esta nueva entrada me gustaría hablaros de uno de los cuadros más famosos del mundo y que más reproducciones ha tenido en el panorama cultural actual rivalizando unicamente con La Gioconda o Mona Lisa de Leonardo Da Vinci. Os hablo nada más y nada menos que de El Grito del pintor noruego Edvard Munch.


El grito (en noruego "Skrik") es en realidad el nombre que se atribuye a una serie de cuatro lienzos de 1893 enmarcados dentro de la primera gran corriente expresionista europea. En todos los cuadros se representa el mismo tema: una figura andrógina en primer plano sobre un puente que grita mirando al expectador. Se pueden decir muchas cosas acerca de esta obra ya que el autor nos transmite con ella un momento de profunda angustia que muchos autores relacionan con una etapa de desesperación existencial que vivió de forma continuada el autor a lo largo de toda su vida.

Sin embargo, en esta entrada os quiero hablar de otra cosa distinta y es que, además de ser uno de los cuadros más famosos e importantes del mundo, también ha sido uno de los más robados de toda la historia. Esto está relacionado con la gran cantidad de versiones que existen repartidas por Europa, siendo la más famosa la de la Galería Nacional de Oslo.

Tal vez el más famoso de todas fue el robo de la versión de El Grito de la Galería Nacional de Oslo, el 12 de Febrero de 1994. En esta ocasión los ladrones robaron el cuadro a plena luz del día y, cómo si se tratase de una película, dejaron en el hueco vacío donde estaba el cuadro una notaq ue decía: Gracias por la falta de seguridad. Al principio el gobierno pensó que se trataba de una protesta por parte de un grupo anti-arbortista activo en Noruega por esas fechas.

Sin embargo, tres meses después los ladrones se dirigieron al gobierno noruego solicitando, por la entrega del cuadro, un millón de dólares estadounidenses. El rechazó la oferta y poco después, -el 7 de mayo- el cuadro fue recuperado en una acción conjunta efectuada por la policía noruega en colaboración con Scotland Yard y el museo Getty. De esta manera podemos ver la gran importancia que ya tenía esta obra, pues para su recuperación colaboraron organismos europeos, en este caso londinense y americana, pues el museo Getty es un museo de arte de carácter privado en el estado de California.

Otro gran robo fue el que se produjo el el 22 de agosto de 2004 cuando la versión expuesta en el Museo Munch en Oslo fue robada a mano armada por tres hombres enmascarados. Los atracadores se llevaron además otra obra del mismo autor, La Madona. El museo esperó una petición de rescate pero ésta nunca llegó. Con miedo de que la obra nunca volviese, se ofreció una recompensa de 97 millones de euros para quien la lograse recuperar, intentando tentar a los propios atracadores de que la devolviesen por esta suma de dinero. Sin embargo, los años pasaban y el cuadro no volvía hasta que llegó un momento en el que el periódico sueco Svenska Dagbladet, anunció de que la tan esperada obra habia sido quemada  a fin de eliminar pruebas durante las redadas policiales. 

Sin embargo, los dos cuadros fueron recuperados el 31 de agosto de 2006 por la policía noruega, dos años después de su robo, y en relativo buen estado. Aunque no todo fueron buenas noticias, tras un análisis a conciencia por parte de los expertos del Museo Munch decretó que el daño inflingido en la obra era irreparable. Al tratarse de una versión en cartón, el deterioro, debido a la humedad en la zona baja de la pintura, causó una decoloración que impide que el cuadro pueda ser completamente restaurado a su perfección original. Si nos fijamos en la imagen de abajo veremos como la parte inferior está un poco difuminada a causa de la humedad.



Sin embargo la figura principal de la obra se pudo recuperar y actualmente se puede ver de en su lugar original del museo.

Aunque hubo más pequeños hurtos, estos fueron tal vez los dos más importantes y más interesantes. Es inevitable pensar que, tal vez, estos dos robos han reforzado la popularidad y el mito que engloba a este gran cuadro. Espero que os haya gustado y que a partir de ahora cuando lo veais, directa o indirectamente, lo veaís con otros ojos.

Álvaro Sánchez Lamadrid.

domingo, 21 de julio de 2013

ARTE NATURAL

¡Buenas tardes chicos! ¿Que tal? Hoy os traigo una entrada sobre una artista que descubrí hace unos cuantos meses y cuya obra me pareció muy curiosa e interesante. En su biografía se define como una mujer con dos grandes pasiones: los caballos y dibujar. Su nombre es Heather Jansch y define su arte como "arte natural"

Habiendo estudiado Bellas Artes de joven en Walthamstow College, aprendió a dibujar objetos del natural centrándose sobre todo en los movimientos de los caballos. Sin embargo, al final de su primer año abandonó la carrera, pues tanto ella como sus profesores no veían claro su futuro como pintora. Según dice en la biografía de su página oficial, su sueño desde niña era vivir en una casa en el campo rodeada de naturaleza y animales. Así que decidió que su obra debía nutrirse de ese deseo y conseguir una obra original y única.

Por ello se decantó por el arte de la escultura, representando con maderas retorcidas animales como caballos, osos, cerdos, ciervos, etc. Os dejo unas imágenes para que vosotros mismos veais y valoreis su obra.







Si nos paramos a observar las esculturas, sobre todo las de los caballos, parecen bocetos y dibujos al aire que se han vuelto tridimensionales. Realmente un arte único y natural.

Os dejo en el enlace su página oficial, en dónde encontrareis más información y fotografías:
http://www.heatherjansch.com/

Espero que os haya gustado. ¡Un Saludo!

Álvaro Sánchez Lamadrid.

miércoles, 17 de julio de 2013

RECONSTRUIR EL PASADO

Hoy os traigo otro ejemplo de restauración arquitectónica. En este caso, una  relacionada con los grandes destrozos que se produjern durante la Segunda Guerra Mundial. Todos sabemos que cualquier guerra es muy perjudicial para cualquier tema de patrimonio, las destrucciones, los abandonos o el cambio de uso de cualquier edificio (ejemplo, convertir una ópera en un polvorín) acarrea grandes desastres en cuanto a la conservación de nuestros bienes culturales.

Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial fue especialmente dura dentro de este tema. Ciudades enteras quedaron reducidas a escombros, iglesias, museos, bibliotecas... Los bombardeos acababan con todo. Edificios emblemáticos de cada ciudad desaparecieron y cuando terminó la guerra se originó un gran debate: ¿debíamos restaurar los edificios?, ¿dejarlos en ruinas para recordar la barbarie humana? o ¿derruirlos de todo y construir una nueva ciudad sobre sus cenizas? En esta entrada os traigo uno de esos ejemplos, La Frauenkirche de Dresde.


La Frauenkirche de Dresde es una iglesia luterana de la época barroca construida entre 1726 y 1743. Arquitectónicamente, es una de las iglesias más destacadas de Europa y tiene la mayor cúpula de piedra al norte de los Alpes.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue totalmente destruida a causa del bombardeo de Dresde en 1945 por parte de la Royal Air Force británica (RAF) y las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos (USAAF). Durante estos ataques contra la alemania nazi entraron en acción más de mil bombarderos pesados que arrasaron gran parte de la ciudad y desencadenaron una tormenta de fuego que consumió el centro histórico de la misma. Entre estos ataques la Frauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora) quedó prácticamente destruida a consecuencia del fuego:


 Tras la guerra, la República Democrática Alemana decidió mantener las ruinas del edificio como un monumento que recordara la destrucción y la brutalidad de la guerra. En esta foto vemos cómo estaba en 1991, abandonada con rastro de vegetación entre las piedras.


Tras la caída del muro de Berlín en 1989, se decidió reconstruirla pues representaba uno de los símbolos de la nación alemana previa a la guerra, además de ser el principal monumento de Dresde. Por ello en 1994 comenzó su reconstrucción, finalizando ésta en 2005. Para ello contribuyeron a su financiación donantes de todo el mundo, siendo las más importantes la  “Sociedad para el fomento de la reconstrucción de la Frauenkirche de Alemania, Sociedad Registrada” y de la “Fundación Frauenkirche”, además del Banco de Dresde.

Hubo mucha polémica desde el principio, pues la gran mayoría de arquitectos e historiadores no querían que se reconstruiyese pues se contribuía a olvidar una parte tan imporante del pasado como era la barbarie de la guerra o el bombardeo de Dresde. Actualmente, muchos investigadores dicen que la actual Frauenkirche es una copia barata de la anterior pues casi fue reconstruida por completo.

Sin embargo, el proyecto supo ingeniarselas para aunar historia y modernidad y conseguir de esta manera recordar el pasado sin renunciar al mayor símbolo de Dresde. Y esque las partes de la iglesia que no se habían derrumbado se mantuvieron sin tocar y se reconstruyó el resto. Para ello usaron una infinidad de ladrillos calcinados que actualmente recorren todo el cuerpo del edificio, además de la consolidación de uno de los ábsides.

En esta fotografía actual podemos ver cómo quedó el ábside de la iglesia. Por el color de las piedras podemos distinguir perfectamente lo nuevo y lo viejo dando al edificio una apariencia única:




Así que bueno, ¿qué os parece? En mi opinión es una gran manera de solucionar un conflicto como éste sin perder la memoria histórica en el proceso. Pero, ¿Qué hubieseis hecho vosotros? ¿Dejar las ruinas, derruirlo y construir otra cosa?


Álvaro Sánchez Lamadrid


domingo, 14 de julio de 2013

CRECIENDO POCO A POCO

En esta nueva entrada os quería traer más que un artículo, una serie de fotografías que muestran algunos de los monumentos más importantes y más reconocibles durante su periodo de construcción. Espero que os gusten.


 EL PUENTE DE SAN FRANCISCO

 LA TORRE EIFFEL


 EL CRISTO REDENTOR DE RIO DE JANEIRO



 EL PUENTE COLGANTE DE MANHATTAN


 LA ESTATUA DE LA LIBERTAD


 EL EDIFICIO DE LA ÓPERA DE SIDNEY



 THE TOWER BRIDGE (EL PUENTE DE LA TORRE)


ARCO GATEWAY DE MISURI


Álvaro Sánchez Lamadrid.

viernes, 12 de julio de 2013

CINE VS TELEVISIÓN




En esta entrada me gustaría hacer una reflexión personal sobre los dos medios audiovisuales más importantes que tenemos actualmente, la televisión y el cine. Desde la subida de los precios en taquilla, la descarga ilegal de películas y el cierre de varias salas, el papel hegemónico del cine en nuestro país ha decaído en favor de la televisión. En mi opinión, este relevo en el poder audiovisual viene marcado por el papel que tienen ahora las series.


En los últimos años se ha producido una auténtica revolución en la calidad y la cantidad de las series. Si bien anteriormente conocíamos series como Friends, Los Simpsons, Scrubs, o algunas de carácter patrio como Aquí no hay quien viva o Siete Vidas; eran unas series entretenidas, que gustaban, te ayudaban a distraerte y a entretenerte unos veinte o treinta minutos y que no siempre seguían un hilo argumentativo estricto. Eran nuestra definición de “Serie”, pero en los últimos años ha habido una auténtica revolución con telefilmes como Breaking Bad, Homeland, Mad Men, The Walking Dead o la que más repercusión ha tenido en el panorama actual, Juego de Tronos.


Estas series han variado de los 20-30 mins. hasta los 50-60 mins. Las tramas sencillas, (que si por ejemplo un día te perdías un episodio no pasaba nada) pasan a argumentos intrincados, con una gran riqueza de personajes y escenarios. Revitalizan géneros como el de terror o el de fantasía y adaptan relatos e historias escritos para crear nuevas series. Tal vez uno de los éxitos sea este último, pues es mucho más fácil adaptar una novela a la pantalla en forma de serie que en película, ya que podemos recrearnos en personajes desconocidos, centrarnos en episodios y tramas determinantes y en general dedicarle más tiempo a la historia. Pongamos un ejemplo práctico, coged vuestra serie favorita, Juego de Tronos por ejemplo, e intentad resumir toda la primera temporada compuesta por 10 o 12 capítulos de 50 minutos en una película de 2 horas y media como mucho.

Eso es lo que ha ocurrido con franquicias como Harry Potter o Las Crónicas de Narnia. A la hora de pasarlos a cine, tuvieron necesariamente que quitar personajes, momentos importantes de la trama, hasta llegar, en algunos casos, a parecer completamente irreal y artificial la manera en la que se solucionaba el conflicto.


¡Ojo! Con todo esto no quiero decir que las series de antes no fueran buenas ni muchísimo menos, Friends y Scrubs estarán siempre en mi Top 10. Ni que antes no hubiese series como las de ahora, basta nombrar Los Soprano, The Wire o Hermanos de Sangre para darnos cuenta de ello.


¿Y ante todo esto qué ha hecho el cine para recuperar su hegemonía como medio audiovisual por antonomasia? Dos reclamos diferentes. Por un lado la incursión progresiva del 3D en las salas y el aumento en el tipo de resolución, pasando del 1080p a resoluciones como el 2K o el 4K. En el caso del 3D no ha surtido el efecto que las grandes productoras buscaban, pues es un medio que aún no es perfecto del todo, que es necesario el empleo de unas gafas especiales y que la entrada es mucho más cara. Además en películas como Lucha de Titanes o Avatar, tal vez sí que nos saliera rentable el aumento de precio, pues la gran cantidad de efectos especiales en 3D nos pueden retener en el asiento durante toda la película. Pero por el contrario, en otro tipo de films como El Discurso del Rey o Lincoln, el 3D es completamente innecesario convirtiéndose en un medio más relacionado con el mundo de las atracciones y el espectáculo, que con el propio cine.


La solución que está adoptando el cine actualmente es el aumento de la resolución de las cintas. Cada vez son más nítidas y más complejas. La imagen es increíblemente clara y se consiguen unos efectos que tardaremos en ver dentro de nuestros televisores. Como ejemplo me gustaría poner la última empresa de Peter Jackson, la adaptación cinematográfica del Hobbit. Pues más allá de que sea fidedigna o no al libro, el medio en el que está grabado, en 4K a una velocidad de 48 fps; es una gran innovación que estoy seguro que seguirán de ahora en adelante el resto de grandes producciones estadounidenses y poco a poco las europeas. 


Disculpad si el texto me ha quedado algo largo, pero llevaba ya tiempo queriendo hacer una revisión de este mundo audiovisual que a veces es tan importante y otras tan superficial.

Álvaro Sánchez Lamadrid.

miércoles, 3 de julio de 2013

EL PASADO EN TECHNICOLOR

Actualmente tenemos la confianza y certeza de que las grandes obras de arte clásico se crearon tal y como nos han llegado, es decir, de un blanco impoluto y sin rastro de color. Esta conciencia general del arte antiguo la tenemos a causa de dos grandes sucesos: El Renacimiento y el Neoclasicismo.

Sin embargo todo ello es falso, las esculturas antiguas y los templos estuvieron pintados de colores como está demostrando varios estudios a los largo de estos últimos 20 años. En los análisis de varias piezas se han encontrado restos de policromía que nos permiten reconstruir cómo vieron los antiguos estas piezas.

Esta conciencia de la "pureza" de las esculturas clásicas nos viene por un lado del Renacimiento y de sus grandes artistas como Miguel Ángel. El descubrimiento del Laocoonte fue muy importante para el mundo artístico del Renacimiento y junto a él, todas las otras estatuas que se fueron desenterrando: como el Hercules farnesio de Lisipo o la Venus de Praxiteles. Con el paso de los siglos y al estar bajo tierra, estas estatuas perdieron su policromía y quedaron completamente blancas y los artistas del Renacimiento en adelante creyeron que esa fue su forma original.

Con el Neoclasicismo llegó la figura de Winckelmann arquologo alemán y padre de la historia del arte. Éste no sólo siguió con el convencimiento de que las esculturas eran blancas, sino que destacó que los valores democráticos, filosóficos y de progreso de las civilizaciones griegas se reflejaban también en las esculturas, y que toda sociedad actual se debía fijar en la griega para salir adelante. Sus tesis imfluyeron en artistas neoclasicos como Antonio Cánova o Bertel Thorvaldsen.

Estas teorías han llegado hasta nuestros días en donde defendemos el blanco de la estatuaria antigua como puro y original. Sin embargo, actualmente se deshechan estas tesis y se hacen exposiciones en donde podemos observar cómo eran las obras de arte antiguas en realidad.






Espero que os haya gustado. ¡Un Saludo!

Álvaro Sánchez Lamadrid