miércoles, 7 de agosto de 2013

UN COLOSO DE LA ANTIGÜEDAD





Tal vez el Partenón de la Acrópolis de Atenas sea uno de los edificios más famosos y más importantes del mundo. Con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo en el símbolo de la cultura griega, de la filosofía, del conocimiento, del arte y del pasado en general. Podemos encontrar su esquema en una gran infinidad de símbolos actuales: la UNESCO  (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) lo tomó como imagen principal y muchas de las facultades de Humanidades también lo han adoptado (como por ejemplo la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Cantabria). Aquí abajo os dejo algunos de los ejemplos que he encontrado por internet.



Pero algo que no conoce la mayoría de las personas es la historia que se esconde tras este monumento, pues ha sufrido grandes calamidades y se ha conseguido sobreponer para llegar hasta nuestros días. En esta entrada os daré algunos datos de esta historia para que veáis con nuevos ojos este prodigio del arte griego.

Todo comienza entre los años 447 y 432 a.C. cuando bajo el gobierno de Pericles se levanta el Partenon, dedicado a la diosa Atenea. Los motivos de su levantamiento son dobles: Por un lado Pericles quería transmitir a los extranjeros y al resto de griegos el poderío de Atenas al levantar todos los edificios de la Acrópolis; y en segundo lugar para honrar a los dioses por su victoria sobre los persas. Quién haya visto la película 300 (y cualquier historiador que se precie) recordará que en el siglo V a.C. se produjeron las Guerras Médicas, una serie de enfrentamientos entre el Imperio Aqueménida de Persia y las ciudades-estado del mundo helénico. Los acontecimientos más recordados fueron por un lado la Batalla de las Termópilas (en dónde se enfrentaron el ejército persa de Jerjes I contra una alianza de polis griegas lideradas por Esparta) y la famosa batalla de Maratón (enfrentamiento marítimo que ganó Atenas)

A partir de este momento, el Partenón permaneció intacto durante setecientos años. Sin embargo, tras la caída del esplendor de la cultura griega, el Partenón comenzó a sufrir un sin número de adversidades, más que cualquier otro monumento helénico.
La primera gran catástrofe sucedió en el 267 d.C. cuando la tribu bárbara de los Hérulos incendió y saqueó el templo, perdiendo en el proceso la cubierta original, la columnata interior y los techos de mármol del peristilo. Un siglo más tarde, en el 360 d.C., se acomete la primera restauración del templo por el emperador bizantino Juliano el Apóstata. Sin embargo, poco duraría pues a partir del 438 d.C. los primeros cristianos primitivo destruyeron casi todas las esculturas por representar desnudos y símbolos paganos. Los rostros fueron erosionados y los grandes conjuntos de los frontones  quedaron reducidos a escombros.

En el 550 d.C. se produjeron una serie de reformas para convertir el templo pagano en la iglesia de Santa Sofía. Para ello, se destruyó el interior del Partenón y se colocó un edificio de estilo prerrománico. Tras la cuarta cruzada en 1206, se produce la ocupación de los francos o Francocracia (estados cruzados europeos establecidos en Grecia). Estos añadieron una torre campanario a la nueva iglesia de Santa Sofía., transformándola ahora en “Nuestra Señora de Atenas” o la Notre-Dame de Atenasde culto latino en vez de bizantino. 

En 1456 se produce la ocupación otomana en la península del Peloponeso a causa de la caída del Imperio Bizantino y cambiaron la advocación de la iglesia a una mezquita turca. Sin embargo, será en el siglo XVII cuando se produzca la que ha sido denominada como “la más grande destrucción en la historia de la cultura griega”. En 1687 durante las guerras que mantuvieron el Imperio Veneciano contra los Turcos el Partenón sirvió como edificio polifacético. Al estar situado en lo alto sirvió como hospital, como refugio y como arsenal. El imperio turco almacenó en el templo el depósito de pólvora para sus proyectiles y durante el asedio de los venecianos a Atenas una de las balas impactó en el Partenón causando una enorme explosión que destruyó la mayor parte del templo. 

Lo que había sido el templo más impresionante de la Antigüedad Clásica, ahora era una ruina que apenas se mantenía en pie. Pero no terminaron sus penurias en este momento.

A principios del siglo XIX, en 1802, el embajador británico en Constantinopla Thomas Bruce Elgin, decidió quitar la mayor parte de la decoración escultórica del monumento (frisos, métopas, frontones) y trasladarla a Inglaterra para venderla al Museo Británico. Esta apropiación ilegal de los mármoles la realizó a base de sobornos y chantajes al gobierno turco que no sentía el Partenón como un símbolo de su patria. Aún hoy estos mármoles se conservan en el Museo Británico siendo reclamados constantemente por el gobierno griego sin obtener nunca la devolución definitiva de uno de los símbolos más importantes de su patria. Tal vez algún día dedique una entrada a este tema, ampliamente discutido por los agentes del Patrimonio a nivel mundial.

Este fue el último gran golpe contra el Partenón, pues tras la independencia de Grecia del gobierno turco, los griegos conocedores de la importancia del monumento se han esforzado en conservárla de la mejor manera posible. Sin embargo, informes recientes de los restauradores nos dicen que en poco tiempo y debido a la erosión, a la lluvia ácida y a la sobresaturación turística, el Partenón nos terminará dejando pudiendo descansar al fin tras todas las luchas.

PD: Una imagen vale más que mil palabras, por ello os quiero dejar un video que nos muestra con todo lujo de detalles la historia en imágenes del Partenón. El cortometraje de 7 minutos es obra del realizador griego Konstantinos Gavras  y os recomiéndo encarecidamente que lo veais, ¡no os defraudará!

http://www.youtube.com/watch?v=Ey-jDKHLKLM





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