viernes, 2 de agosto de 2013

DETRÁS DE "EL PADRINO"

La prestigiosa revista Sight and Sound, del Instituto Británico de Cine, publicó hace poco una lista con las 50 mejores peliculas de la historia del cine. Este ranking se renueva cada 10 años y en él podemos ver películas tan famosas como Al final de la Escapada, 2001 Una Odisea en el Espacio o Centauros del Desierto. Sin embargo, en la última lista ha habido un cambio muy importante pues la primera plaza que ostentaba la película de Orson Welles, "Ciudadano Kane" de 1941, le ha sido arrebatada por nada más y nada menos que "Vértigo" película dirigida por el gran Alfred Hitchcock en 1958 por un total de 846 votos a favor. No obstante, en esta entrada no os voy a hablar de esta obra maestra del cine mundial, sino de otra más querida por la sociedad en general y respetada a su vez por todos los realizadores cinematográficos. Os hablo de "El Padrino" película de 1972 dirigida por Francis Ford Coppola.



Casi todo el mundo conoce esta película, valorada por muchos críticos como la mejor película de la historia. Si quisiera destacar punto por punto las características que la hacen única, tal vez necesitase otras dos entradas, pues la obra de Coppola es a nivel técnico como formal excelente. En esta entrada prefiero contaros alguna curiosidad que envuelve este maravilloso film.

En primer lugar, el rodaje estuvo plagado de inconvenientes comenzando por la elección de personajes. Para el papel de Don Vito Corleone se barajaron varios nombres, entre los cuales figuraba incluso Frank Sinatra; sin embargo Coppola quiso a Marlon Brando para el papel. La productora Paramount se negó de rotundo y el enfrentamiento llegó a tal punto que el director les amenazó con abandonar el rodaje si no se le contrataba. La Paramount por tanto le presentó al actor un contrato con una serie de claúsulas que pensaron que el actor nunca aceptaría. Entre ellas figuraban: primero, el actor trabajaría por el salario mínimo. Segundo, no faltaría a ningún día de rodaje. Y, tercero, tendría que hacer la prueba de casting como todos sus compañeros, algo que nunca había aceptado. Además en el contrato de Coppola se le obligaba a pagar de su bolsillo en el caso de que Brando cometiera un retraso en el rodaje. 

Cuando Brando llegó al casting, se oscureció el pelo con betún, se metió algodenes en los carrillos y comenzó a hablar con una voz muy grave de acento siciliano, mientras gesticulaba de la misma manera que se ve en el film. Esto impresionó al jurado que inmediatamente le dieron el papel.



En segundo lugar, una de las escenas más famosas de la película es el momento en el que el personaje de Woltz se encuentra en su cama una cabeza de uno de sus caballos. Sin embargo, lo que poco gente conoce es que la cabeza es real y no es una maqueta. Coppola adquirió el macabro resto de caballo en una fábrica de comida para perros, para después convencer al actor John Marley de que utilizaría una cabeza de atrezo. El gesto de horror de Marley cuando vio un auténtico pedazo de cadáver equino a los pies de su cama quedó fenomenal en la pantalla, o eso pensó Coppola.

Otra curiosidad es que el creador de El Padrino, Mario Puzzo no sabía nada de la mafia cuando se puso a escribir la novela original. El motivo por el cual comenzó fue a causa de sus deudas de juego, ya que era un gran ludópata. Necesitaba escribir un gran best-seller que le permitiese salir adelante. "Tengo una deuda de once de los grandes: o me compras esto, o me parten las piernas", fueron sus palabras a Robert Evans (jefe de producción de Paramount) cuando fue a venderle los derechos para el cine de un manuscrito que, por entonces, se titulaba The Mafia. "Toma doce mil quinientos y escribe el puto libro", respondió Evans. Finalmente, y por extraño que parezca, la inversión le salió bien: el volumen, titulado finalmente El Padrino, estuvo durante 67 semanas en la lista de best sellers de The New York Times.

Otro detalle curioso reside otra vez en la elección de personajes. Para el papel de Sonny, hijo de Vito Corleone y hermano de Michael, Coppola quería contar con la presencia de un jovencísimo actor que poca gente conocía pero que ya daba brillos de grandeza, no era otro que Robert De Niro. Sin embargo, una de las exigencias de la Paramount era que ese papel debía de ser para James Caan, ya que en aquellos momentos gozaba de gran fama y era más conocido que el joven actor neoyorkino. Por tanto, Coppola le dio el papel a Caan y dejó a Robert De Niro para El Padrino II, en dónde interpretó al joven Don Corleone, papel que le valió un Óscar.

Finalmente, me gustaría terminar con una anécdota graciosa que ocurrió durante el rodaje. Pese a la fama de actor dificil y duro para trabajar que tenía Brando, el actor tomó bajo su ala a sus compañeros más jóvenes, aconsejándoles, cuidándoles y bromeando con ellos. Según recuerdan James Caan y Robert Duvall, el punto álgido llegó cuando Brando y ellos organizaron un concurso de hacer ‘calvos’ en el plató. Siempre en palabras de Caan, Marlon se ganó el primer puesto mostrando su trasero a la cámara 500 veces en un día.



Como podemos ver, detrás de una gran película siempre hay grandes anécdotas y "El Padrino" es una de las que más tiene. En esta entrada os he contado sólo unas pocas, pero hay muchas más. Os dejo un enlace a una pagina de 20 Minutos en dónde ponen un ranking de las 40 curiosidades más importantes del rodaje de "El Padrino".
Espero que os hayan gustado y que veais ahora El Padrino con otros ojos.

Álvaro Sánchez Lamadrid.

    

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