miércoles, 19 de junio de 2013

UN LAVADO DE CARA, LA CATEDRAL DE BARCELONA

Tal vez haya muchos que no saben cómo es la Catedral de Barcelona, sin embargo, ya sólo por el nombre nos imaginamos un gran edificio gótico, imponente, con sus gabletes, sus torres en aguja y sus arcos ojivales. Tal vez no nos equivoquemos pues al exterior la catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia (su nombre real) nos muestra esta imagen:

Como podemos ver, es un prototipo de Catedral Gótica, de esas que ya estamos tan acostumbrados a ver que nos parecen todas iguales. Pero en esta nueva publicación os quiero rebelar un pequeño secreto, esta vez relacionado con el maravilloso mundo de la restauración arquitectónica.


Como he dicho anteriormente, esta catedral es muy genérica, tiene todo lo que esperamos ver en una catedral: Grandes torres puntiagudas, una enorme portada principal destacada y coronada por un enorme gablete, grandes vidrieras de colores, gran decoración arquitectónica… Sin embargo, esta predisposición que tenemos al ver una catedral tiene su origen en el Movimiento Restaurador en Estilo o también llamada Restauración Estilística; concepto creado por el famoso arquitecto-restaurador Viollet Le-Duc en el siglo XIX.

¿Y qué era lo que proponía esta teoría? A grandes rasgos Viollet Le-Duc  proponía devolver a la arquitectura su unidad estilística, homogeneizarla en su determinado estilo artístico. ¿Y esto qué significa? Pues que a la hora de restaurar un edificio en ruinas debía reconstruirse en el estilo que estaba hecho, es decir, una catedral gótica debe tener grandes torres, una enorme portada, gabletes, etc. Y se debía reconstruir con todos estos elementos aunque el edificio en un origen nunca hubiese tenido torres ni arcos ojivales ni nada de esto; si es una catedral gótica DEBE tenerlos.

Para ello Viollet Le-Duc se sacaba de la manga todos estos elementos que en el edificio original no estaban, dando una imagen nueva al monumento. Hay muchísimos ejemplos de reconstrucciones siguiendo estas teorías, ya que tuvieron una gran influencia en toda europa.

Y en este artículo os traigo un ejemplo que nos pilla de cerca: La Catedral de Barcelona. Tal vez uno de los mejores ejemplos de restauración estilística que tenemos dentro del país. Con motivo de la Exposición Universal de Barcelona (1888) se convocó el concurso para la edificación de la fachada en el año 1882, estableciendo como criterio estilístico a seguir el gótico. Fue adjudicado a Josep Oriol Mestres, arquitecto titular de la catedral desde el año 1855.


Ahora os voy a enseñar una imagen de cómo estaba la catedral antes y después de la restauración:





Tal vez una imagen vale más que mil palabras, pues vemos que literalmente se han inventado completamente la fachada, respetando únicamente (y poco) los ventanales del primer 
piso. Y esque esto es la restauración en estilo: si el edificio original no se parece en nada a lo que DEBERÍA ser una catedral gótica, reconstruyámosle añadámosle un par de torres campanarios, construyamos algunas vidrieras nuevas,  esculpamos alguna que otra gárgola nueva, etc.

Aunque a primera vista no lo creamos, esta teoría restauradora fui muy seguida y repetida en diferentes edificios tanto españoles como europeos y americanos. Por esta razón es por la que estamos cansados de ver tantas catedrales tan similares, porque todas repiten más o menos los mismos elementos característicos del gótico.

De esta manera obviamos completamente la historia del edificio, pues se tiende a pensar que los monumentos nunca se han tocado desde el momento en que se construyeron y eso es totalmente falso. Todos los edificios han tenido su vida y algunos de ellos mantienen ocultos muchos secretos y curiosidades como ésta. Secretos que poco a poco os intentaré ir contando con estos artículos.

Así que ya sabéis, cuando vayáis de visita a Barcelona un día de estos y paséis por la catedral que no os engañen, pues no es oro todo lo que reluce.

Álvaro Sánchez Lamadrid.





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