Tal vez
haya muchos que no saben cómo es la Catedral de Barcelona, sin embargo, ya sólo
por el nombre nos imaginamos un gran edificio gótico, imponente, con sus
gabletes, sus torres en aguja y sus arcos ojivales. Tal vez no nos equivoquemos
pues al exterior la catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia (su nombre real)
nos muestra esta imagen:
Como podemos ver, es un prototipo
de Catedral Gótica, de esas que ya estamos tan acostumbrados a ver que nos
parecen todas iguales. Pero en esta nueva publicación os quiero rebelar un
pequeño secreto, esta vez relacionado con el maravilloso mundo de la
restauración arquitectónica.
Como he
dicho anteriormente, esta catedral es muy genérica, tiene todo lo que esperamos
ver en una catedral: Grandes torres puntiagudas, una enorme portada principal
destacada y coronada por un enorme gablete, grandes vidrieras de colores, gran
decoración arquitectónica… Sin embargo, esta predisposición que tenemos al ver
una catedral tiene su origen en el Movimiento Restaurador en Estilo o también llamada
Restauración Estilística; concepto creado por el famoso arquitecto-restaurador
Viollet Le-Duc en el siglo XIX.
¿Y qué
era lo que proponía esta teoría? A grandes rasgos Viollet Le-Duc proponía devolver a la arquitectura su unidad
estilística, homogeneizarla en su determinado estilo artístico. ¿Y esto qué significa? Pues
que a la hora de restaurar un edificio en ruinas debía reconstruirse en el
estilo que estaba hecho, es decir, una catedral gótica debe tener grandes
torres, una enorme portada, gabletes, etc. Y se debía reconstruir con todos estos elementos aunque el
edificio en un origen nunca hubiese tenido torres ni arcos ojivales ni nada de esto; si es una catedral gótica
DEBE tenerlos.
Para
ello
Viollet Le-Duc se sacaba de la manga todos estos elementos que en el
edificio original
no estaban, dando una imagen nueva al monumento. Hay muchísimos ejemplos
de reconstrucciones siguiendo estas teorías, ya que tuvieron una gran
influencia en toda
europa.
Y en
este artículo os traigo un ejemplo que nos pilla de cerca: La Catedral de
Barcelona. Tal vez uno de los mejores ejemplos de restauración estilística que
tenemos dentro del país. Con motivo de la Exposición Universal de Barcelona
(1888) se convocó el concurso para la edificación de la fachada en el año
1882, estableciendo como criterio estilístico a seguir el gótico. Fue
adjudicado a Josep Oriol Mestres, arquitecto titular de la catedral desde el
año 1855.
Ahora
os voy a enseñar una imagen de cómo estaba la catedral antes y después de la
restauración:
Tal vez
una imagen vale más que mil palabras, pues vemos que literalmente se han
inventado completamente la fachada, respetando únicamente (y poco) los ventanales del primer
piso. Y esque esto es la restauración en estilo: si el edificio original no se parece en nada a lo que DEBERÍA ser una catedral gótica, reconstruyámosle añadámosle un par de torres campanarios, construyamos algunas vidrieras nuevas, esculpamos alguna que otra gárgola nueva, etc.
piso. Y esque esto es la restauración en estilo: si el edificio original no se parece en nada a lo que DEBERÍA ser una catedral gótica, reconstruyámosle añadámosle un par de torres campanarios, construyamos algunas vidrieras nuevas, esculpamos alguna que otra gárgola nueva, etc.
Aunque a primera vista no lo creamos, esta
teoría restauradora fui muy seguida y repetida en diferentes edificios tanto
españoles como europeos y americanos. Por esta razón es por la que estamos
cansados de ver tantas catedrales tan similares, porque todas repiten más o
menos los mismos elementos característicos del gótico.
De esta
manera obviamos completamente la historia del edificio, pues se tiende a pensar
que los monumentos nunca se han tocado desde el momento en que se construyeron y
eso es totalmente falso. Todos los edificios han tenido su vida y algunos de
ellos mantienen ocultos muchos secretos y curiosidades como ésta. Secretos que poco a
poco os intentaré ir contando con estos artículos.
Así que
ya sabéis, cuando vayáis de visita a Barcelona un día de estos y paséis por la
catedral que no os engañen, pues no es oro todo lo que reluce.
Álvaro Sánchez Lamadrid.
Álvaro Sánchez Lamadrid.
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